lunes, 29 de septiembre de 2014

Todo lo que sube tiene que bajar | Carrera Camino largo y sinuoso

La realidad

Tenía dos opciones después de esa catastrófica carrera del Ultratrail El Ajusco. Seguir pensando en ella, aceptar que también tuve culpa yo en todo ese desorden. Odiar a los organizadores y maldecir a sus hijos y a los hijos de sus hijos hasta el fin de los tiempos. Lo cual me convertiría en un tipo de Maléfica corredora, una amargada soberbia y pedante que se excusa en un fracaso para no seguir corriendo. De haber escogido ese camino, mi experiencia en carreras largas del tipo campo traviesa hubiesen terminado con la frase "iba muy bien hasta que"; con la cual mis amistades las primeras veces escucharían mi cuita, pero luego, con un tono de desilusión y pena ajena dejarían de escucharme o cambiarían la conversación.

En fin, yo luciría así.


La alternativa

Como lo decía, volverme una copia mal hecha de Maléfica era una de las opciones. La otra era enfrentarme otra vez a una carrera dura. La cual tuvo lugar ayer. Una carrera campo traviesa de 33 kilómetros que le hace honor a su nombre: "Largo y sinuoso camino" (aunque debería de ser "tortuoso" más que sinuoso) la cual se corre desde El Zarco hasta el 4to Dinamo. Tiene unas subidas matadoras y unas bajadas igualmente demandantes. Mis piernitas estuvieron cerca de acalambrarse; por el kilómetro 21 me dio esa sensación de que no acabaría; luego seguimos y bajamos, bajamos, bajamos.

Ah, caray... todo esto se subió.

Ciertamente para una novata como yo en este tipo de carreras, fue terrible en cuanto a grado de dificultad. Pero ya sincerándome, fue bonito el camino, agradable la compañía. Esta es la ruta.
Para aquellos mexicatls que les guste esto de la carrera en la naturaleza, les dejo aquí la página de los organizadores www.parasalvajes.com.mx, sin duda vale la pena le echen un ojo.

Y aquí el broche de oro, gracias a que no terminé de amargada, resentida y decepcionada irreversible, pude correr, correr y correr. Ajúa


Largo y sinuoso camino

Fue posiblemente lo más duro que he corrido. Fue demandante, fue eterno, fue intenso. Nada que ver con correr sobre asfalto y con subidas y bajadas moderadas. Esto es completamente otra cosa.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Crónica de un ultradesastre anunciado | Nunca más el ultratrail Ajusco

El proyecto

El proyecto si bien era ambicioso, se podía conseguir. Correr finalmente más de 42 km y así alejarme del umbral de dolor de los 42 para explorar algunos kilómetros más de la distancia máxima que conocía.

La distancia debía ser pues mayor pero no imposible. Así que para no terminar con alguna lesión mayor ni con una pésima experiencia en ultramaratón descarté de 70 para arriba. Me quedaban pues 50 o 60 km.

Las posibilidades se redujeron bastante al ver qué se ofrecía por mi lugar de residencia. Una pionera carrera me llamó la atención: Ultra Trail Ajusco 2014: 50 km. Sonaba a matrimonio de amor tórrido y pareja perfecta.


La realidad hizo acto de presencia

Unas cuantas pesquisas en Internet y encontré foros y planes de entrenamiento. La cabeza ya había encendido motores: la voluntad estaba dentro del paquete. El cuerpo había pues de espabilarse y juntarse al proyecto.

Abandoné el asfalto y me concentré más en campo traviesa, altitud, subidas. El siguiente paso fue solicitar la altimetría a los organizadores que ya empezaban a hacer alarde de arrogancia ante las preguntas de los inscritos.

La respuesta me inquietó un poco: la darían una semana antes ya que consideraban que no era necesario conocerla. :-\

Supongo que en eso se deja discutir. Habrá corredores que no planean sus carreras ni miran los circuitos por las razones que fueren. Habrá otros que sí las necesitamos para calmarnos un poco y saber dónde estamos en qué kilómetro, cuáles son los puntos duros, etcétera. Pero ponerla una semana antes me pareció una falta completa de preparación por parte de los organizadores.

Como ésta hubo muchas respuestas. No, uno no se inscribe para que lo traten a uno como si fuera Haile Gebrselassie, o en este caso de trail, como si uno fuese el sucesor de Kilian Jornet. Pero un poco de cortesía en las respuestas no está de más, sobre todo cuando la información de la página de los organizadores deja mucho que desear.

Pero vamos, no dejemos que esto nos distraiga. Voy por mis 50 km.


Un día antes de la carrera se ensombreció el tiempo

La entrega de paquetes fue eterna. Incluso llegué a pensar que tardaría más en recoger mi número que en correr al día siguiente. Los organizadores habían prometido camisetas de diferentes tallas, con nombre impreso. El nombre impreso se puede leer con lupa. La información de la talla prefirieron arrancarla. Como si uno fuera estúpido y no supiera a vista si una camiseta tiende al S, M, L o XL...

Pero no nos dejemos irritar. Concentración. Lo que discuto aquí son boberías, son niñerías. Yo no vine a pagar una camiseta. Yo vine a por un ultra.

La carrera

Prendamos motores. Falta media hora.
No. Según los organizadores, la carrera se retrasa.
Vale, vale. Se sale después entonces. No es tan malo.
La carrera comienza y yo salgo con emoción, con alegría, con esas ganas que sale uno cuando lo ha esperado con anterioridad muchas veces. Cinco. Diez. Quince km. Puf, esto sí que es otra cosa. Trail es otra cosa. Una cosa bellísima que me infla las ganas de correr, de luchar contra esas subidas... Veinte, mejor imposible.
Esto del trail es inspirador... Sigamos, porque ya llegamos al veinte... ah caray... por aquí ya pasé... Y por aquí ya pasaron ellos también.

Otro intento.
Nada. Llegamos al mismo lugar.

Otro más. Yo voy, ellos vuelven. Alguno de los dos grupos va en sentido correcto, ojalá sea el mío. Nada. Nos volvemos a encontrar los dos grupos.
Nada. Derecha. Izquierda. Nada.

Mierda, mierda, mierda.

Estamos coriendo en círculos. Nadie a quién preguntar.

Hay que abandonar después de varios intentos y sólo preocuparnos por encontrar la salida.

Es doloroso.

Es peor que el muro. Lo juro. De ésta no me voy a levantar.
Aquí les dejo un reportaje sobre los hechos. El ultradesastre




Se acabó

Primer intento de ultratrail: fallido. Y me queda una espina tremenda en el orgullo, en la motivación.
Tal vez no busqué suficiente la salida. Tal vez debí correr y repetir todo de vuelta. Tal vez.

Ahora a reconstruir ese ánimo. A dejar salir ese enojo, esa frustración, esa impotencia...para empezar otra vez con la frente en alto.






PD

Nunca más me inscribo con tales organizadores de Ultratrail Ajusco (dirigidos por Renato Ríos y Mauricio Ríos) quienes no dieron la cara. Siguen pensando que si nos perdimos fue nuestra culpa a pesar de que prácticamente todos los de 50 km abandonamos. Los organizadores idiotamente tuvieron la cínica idea de celebrar -a pesar del caos- una premiación cuya confiabilidad es nula. No fueron capaces para garantizar siquiera servicios médicos. En fin, una triste y amarga lección para mí. Con el Ultratrail Ajusco nie wieder!



lunes, 15 de septiembre de 2014

No soy runner.

No soy runner. Me rehuso a que se me dé ese mote o se ligue la palabra conmigo. No lo soy.
Lo mío no es una moda. No salgo a correr para usar mi App de correr, ni mis tenis de marca o mi super sintética chaqueta rompevientos.

No soy runner, repito. Lo mío no es una moda. Es una forma de ser. Por eso, yo soy corredora.
(He dicho)

martes, 2 de septiembre de 2014

Correr y una pésima estación de radio


Salí a correr escuchando la radio, sobre todo porque salí sola. No me gusta mucho escuchar música cuando voy por más de 20 km. Le dejé en la primera que sintonizó el teléfono: “Miled”, de Toluca. Tres horas fueron suficientes para darme cuenta de la basura que puede ser una estación de radio.

 

La primera hora, hora todavía para los que están casi a punto de irse a la cama, luego del gran reventón son las últimas canciones de tecno. Entre bloque y bloque de canciones aparecían spots del gobierno de la república, donde el presidente hablaba sobre sus reformas. En el spot él habla de forma muy amistosa, no como si hablara a ciudadanos; sino como a personas tontas que necesitan que les expliquen hasta lo más básico.

El spot no sólo me enervó. Lo que me pareció inverosímil es la forma tan flaca de proteger sus reformas; donde nunca se dan datos y sólo se establecen castillos de arena (que por desgracia no habrán de alcanzarse ni en corto, ni en el mediano plazo).

Un spot tras otro. En eso se va el dinero del gobierno: en tatuar en los oídos de los mexicanos que sus reformas (algunas de ellas vendepatrias) que a todos nos va ir muy bien, que vamos a contaminar menos, y con el tiempo (en dos años) vamos a ver el gran ahorro en la luz. Este es un país que le daba vergüenza decir públicamente que padece de pobreza, dice el presidente. Pero ya no hay que preocuparnos, porque con su plan que combate el hambre, la cosa va a mejorar: Sí, su plan atiende a 3 millones de personas de escasos recursos. No hay que olvidar a los 39 millones restantes. Porque eso sí: pobres hay 42 millones. Y tampoco hay que llevar el plan a zonas “visibles” nada más. Para que uno se confunda con la visión de que se está haciendo algo: faltan zonas aisladas, en desastre. Eso también hay que atender y no nada más las zonas que los votantes ven.

Uno tras otro, tras otro. Y la cosa se puso mucho peor... Entre los mensajes para bobos donde habla el presidente, se intercalan spots donde la gente está feliz por las buenas reformas: “me dijeron que contaminaremos menos”, “supe que bajaría el precio de la luz”. ¿Son esos argumentos? ¿Son esas fuentes: los rumores y la sapiencia venida de la nada?

No señor, conmigo no. Puede usted ponerme esos malditos spots pero no me voy a tragar que NO hubo discusión en muchas de las reformas y que la rudeza de varias (sea necesario o no cambiar la situación) va a tener repercusiones inmediatas y desastrosas en ciertos sectores poblacionales. Usted no dialogó, no argumentó, no expuso la necesidad de las reformas. Y tanto es así que sus spots me dan la razón. Su estrategia es idiotizar a la gente para que uno acabe con la tonadita que fueron buenas decisiones.

 
Luego mientras yo me peleaba con esa situación, me pregunté: ¿es la gente realmente manejable a ese nivel tan básico? Y el siguiente programa me dio la respuesta. Los hermanos Yañu, que atienden cuestiones esotéricas me cortaron el habla. El programa en turno lo conducían videntes.
El formato -grosso modo- era el siguiente: La gente se comunicaba diciendo –recalco- exclusivamente la fecha de su nacimiento y el tipo les adivinaba el problema: veía que el marido, que el hermano que no se qué tenía energía negativa en su cuerpo. Pero no se preocupe, decía, tráigamelo y yo le daré la solución.

El tipo salvaba pacientes terminales de cáncer y problemas renales... Hacía al adúltero casto, al desahuciado, sano; y a la fea, bonita. Bueno, casi.

No paró ahí el asunto: El siguiente programa vino a pisotear mi humor: un doctor naturista vendía un concentrado que literalmente lo curaba todo. ¿No está enfermo usted? Sí, usted, no es necesario que tenga diabetes o colesterol. Tómelo porque yo sé que usted va por mal camino, ¿o no? Dígame, ¿no se tomó hoy una coca?

El tipo al decir esto ¿qué hace? Prácticamente el mensaje es éste: Aliméntate como si no te importara tu cuerpo, descuídalo, agrédelo, no lo cuides. Porque yo tengo el antídoto para lo que te va a causar enfermedades.

No es gratuito pues que la cocacola tenga un mercado fiel y seguro –tal vez se acaben los guadalupanos algún día pero los cocacoleros nunca- aquí en México.

Ojalá algún día –y que ese día llegue pronto, de ser posible mañana- llegue gente con una buena ética a esa estación de radio: gente responsable que no cure milagrosamente, que no le dé porquerías a la gente para aliviar sus penas. Ojalá que algún día llegue gente que le hable CON SINCERIDAD a su público y también le diga sus verdades: Que si está gordo es porque se alimenta mal; que si pierde el trabajo, es porque es un haragán; que si se enferma es porque sus hábitos son incorrectos.

Ojalá...