lunes, 9 de marzo de 2015

Despacio que llevo prisa

Luego de una baja voluntaria de dos meses y pico, regreso.

Un domingo soleado, ocho kilómetros. Marcha suavecita, con mi amigo Davido. Cielo azurro, despejado.

Los planes ambiciosos de febrero desaparecieron y allí voy, despacio, soñando de nuevo.

Empezando de nuevo. Una y otra y otra vez.