lunes, 28 de octubre de 2013

Cross challenge

El año pasado participé en una carrera de obstáculos para cerrar bien el año deportivamente hablando. La carrera me fascinó. 13 kilómetros donde uno pasa por obstáculos de agua, arena, lodo, paredes para ser escaladas...

Y entonces correr se vuelve una fiesta que se comparte con 1000 corredores y todos estamos allí: llenándonos de lodo, metiéndonos a contenedores de agua helada por voluntad propia...

Así que, claro, este año no podía faltar esta fiesta...

Siguiente misión: Cross challenge 2013


Misión: aceptada

Tenía deseos de correr los 26 kilómetros; pero una serie de eventos colaterales me hicieron tomar otra decisión. Me quedé nuevamente con los trece. Pero trece bien corridos. Una decisión que me dolió, pero mejor que no correr nada.


De manera que corrí -como decimos en mi tierra: como chiva loca-. No importando si me quedaba sin aire, si iba demasiado rápido en los primeros kilómetros, si aún faltaba la mitad. Así que sólo se puede decir que llegué... en quinto contra cualquiera de mis pronósticos... Ayer, mientras me buscaba por allí del lugar diez, el resultado casi me causa un paro cardiaco... Quinto, caray... ¡qué suerte!


¡Qué motivación más grande para continuar corriendo!


miércoles, 23 de octubre de 2013

Correr está in | Yo out

Ahora salen a correr compañeras del trabajo. Quedan fuera de la editorial y se van a casa corriendo.
Veo en el periódico que hay más de 40 000 interesados en la Maratón de Berlín.

De vacaciones en tierras catalanas, haciendo un paseo nocturno por Tarragona, un ejército de corredores inunda las calles. ¿Habrá algún evento? No, simplemente salen a correr a esa hora para evitar el sol y no morir deshidratados. No vi una decena o dos... Vi tantos que hasta me dio vergüenza no estar corriendo. Un pudor que sólo puede entender alguien al que le guste correr. Sobre todo porque bien me merezco esa sensación de malestar, de vergüenza: he estado de holgazana y he brincado un par de entrenamientos (¿qué tanto es tantito?).

El domingo hay una carrera y yo no me siento preparada.
Ayer me invitaron a correr, un amigo que padecía de dolor de rodillas, y él como leve alma, corriendo liviano y relajado, yo como caracol en desierto. Y tuve que aceptar lo que lo que ya venía sospechando: estos once kilómetros me van a doler mañana. Y así es: siento que mis piernas son dos pilares lentos y torpes.

Acaban de tocar la puerta de mi despacho: ¿Mañana salimos a correr?

Una compañera pregunta y pone una cara de "por favor, por favor"...

Sí, correr está in. Definitivamente.

Y estas piernas mías que hoy, vergonzosamente tienen agujetas luego de once kilómetros, van a moverse otra vez.

Ni modo, así es este deporte: Disciplina. No hay trucos, o se trabaja constantemente o se pierden los superpoderes.