miércoles, 23 de octubre de 2013

Correr está in | Yo out

Ahora salen a correr compañeras del trabajo. Quedan fuera de la editorial y se van a casa corriendo.
Veo en el periódico que hay más de 40 000 interesados en la Maratón de Berlín.

De vacaciones en tierras catalanas, haciendo un paseo nocturno por Tarragona, un ejército de corredores inunda las calles. ¿Habrá algún evento? No, simplemente salen a correr a esa hora para evitar el sol y no morir deshidratados. No vi una decena o dos... Vi tantos que hasta me dio vergüenza no estar corriendo. Un pudor que sólo puede entender alguien al que le guste correr. Sobre todo porque bien me merezco esa sensación de malestar, de vergüenza: he estado de holgazana y he brincado un par de entrenamientos (¿qué tanto es tantito?).

El domingo hay una carrera y yo no me siento preparada.
Ayer me invitaron a correr, un amigo que padecía de dolor de rodillas, y él como leve alma, corriendo liviano y relajado, yo como caracol en desierto. Y tuve que aceptar lo que lo que ya venía sospechando: estos once kilómetros me van a doler mañana. Y así es: siento que mis piernas son dos pilares lentos y torpes.

Acaban de tocar la puerta de mi despacho: ¿Mañana salimos a correr?

Una compañera pregunta y pone una cara de "por favor, por favor"...

Sí, correr está in. Definitivamente.

Y estas piernas mías que hoy, vergonzosamente tienen agujetas luego de once kilómetros, van a moverse otra vez.

Ni modo, así es este deporte: Disciplina. No hay trucos, o se trabaja constantemente o se pierden los superpoderes.



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