miércoles, 18 de noviembre de 2015

Cualquier día

En un día cualquiera, que resultó ser un martes. En un momento cualquiera que resultó estar lleno de lluvia y gotitas afilada, salgo a correr.

Mis piernas se habían acostumbrado a la bicicleta de velocidad que recién compré. Un modelo que me he comprado en un momento de euforia, de rabia, de enojo y de soledad por igual (contessa speedster 45). Un momento de orfandad.

Pero correr es correr y me lo pide el cuerpo, me dice: "mira nomás qué clima". Y yo allí, pensando.

Y que salgo a correr. Aunque siga asociando dolor y pérdida. Aunque lo siga extrañando.

Pero ayer fue un día cualquiera, perfecto para regresar y refugiarme en la corrida.




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