domingo, 13 de noviembre de 2011

Segunda semana

Me puse los tenis de correr, una chaqueta para protegerme del frío. También llevé mi mp3, con el que siempre escucho cualquier tipo de cosas para así distraerme: canciones, podcasts, reportajes. Y claro, no pudo faltar mi nuevo juguete: un reloj con pulsómetro.


Por ahí del minuto treinta todo iba bien... Cansancio nulo, el pulso bajo control, a pesar del frío respirar no es trabajoso. En el parque no soy la única: y eso lo hace todo tan sencillo. Parejas, corredores solos, jugadores de fútbol que se ponen a correr un poco antes de comenzar su entrenamiento, señoras que hacen caminata o nordic walking, familias que salen a dar la vuelta o a pasear a sus bebés. Gente.

Todo iba bien y se puso mejor porque no estaba sola. Era tan fácil entretenerse con tanta gente al lado. Poco después de la hora, oscureció rápidamente. Faltan quince minutos.


Sólo entonces me doy cuenta que falta muy poco y una inquietud no me deja seguir mi paso y me hace correr más rápido. No importa. Llego hecha polvo pero satisfecha: la segunda semana también salió bien.


75 min. 12 km.

No hay comentarios:

Publicar un comentario