domingo, 23 de octubre de 2011

El proyecto

Mi meta es correr el maratón de Düsseldorf el 29 de abril del 2012. Este proyecto fue creciendo lentamente a finales del 2010. Llegó un momento en el que tuve que sincerarme un poco y preguntarme si realmente quería intentarlo o si más bien era un juego. Sí. Quiero intentarlo y sí quiero acabarlo obtenía siempre como respuesta. Y no era ya un "quiero" de dientes para afuera sino más bien era ya un deseo muy presente. En 2011 decidí probar el terreno y me apunté (y terroricé un poco a algunas amigas para que se apuntaran ellas también y no me dejaran solita) a algunas carreras de 5, 10 y 21 kilómetros. Estas carreras me ayudaron a concretizar ciertas cosas: es posible pero no es fácil.


Así que el siguiente paso para ponerle fecha al proyecto fue investigar dónde. Primero estuve buscando en un portal qué tipos de maratón había, cuándo, cuánto costaban y cuál era el tiempo máximo tolerado para acabar el maratón (porque claro, una ciudad no puede quedar cerrada sólo porque unos miles juegan a sentirse Gebrselassie). La pregunta del dónde quedó rápidamente contestada: en el país donde resido. En algún momento llegué a pensar que podría conciliar vacaciones en un país mediterráneo y a la vez intentar un maratón plano y fácil, pero poco después descarté esa idea. Aquí en Alemania sé cómo funcionan la cosas. Sé qué hay que hacer con el chip, con la documentación y algo muy importante: eso me da seguridad porque conozco el país y en mi caso la ciudad donde correré. En Düsseldorf estudié cuatro semestres y con la ciudad asocio un número grandísimo de gratos recuerdos. Por eso, para mí: anímicamente es la ciudad adecuada. Me motiva y me da añoranza pensar que en algunas semanas veré rostros conocidos, y que la historia entre esta ciudad y yo todavía no está terminada. Y en términos prácticos también: casi no hay elevaciones, uno puede llegar en 5 horas y media a más tardar y el maratón es justo en el periodo en el que lo quiero intentar: antes de que llegue el verano (que en Alemania, por otro lado, puede tardar una eternidad).


Ahora, no se trata nomás de escoger fecha y lugar. Falta lo más importante: el cómo. Cuando terminé mi primer mediomaratón (lo escribo como si ya estuviera echándole la mira al segundo, ¿verdad?), recuerdo perfectamente que detuve mi cronómetro y lo primero que pensé es: "la próxima vez tengo que hacer unos arreglos en mi entrenamiento". Y yo misma estaba sorprendida puesto que en el kilómetro 15 recuerdo cómo mis piernas sentían cuchillazos a diestra y siniestra. Recuerdo que apenas alcancé el kilómetro 16 me juré nunca más correr nada más allá de los 10 kilómetros. Entonces, ¿cómo puede ser posible que 5 kilómetros después de esa promesa se me hayan olvidado los dolores intensos de los muslos y el ardor de las plantas de los pies?  (Temiendo llegar a un lugar común afirmo:) Creo que eso sólo lo pueden comprender los que llegan al kilómetro 21 donde toman forma y color los esfuerzos de varias semanas de trabajo: por muy mísero que haya sido nuestro tiempo, por muy accidentada que haya sido la carrera o caótico el tiempo; llegar a la meta lo vuelve a uno un faisán con plumas extendidas que se siente un tanto narcisista. Y ese faisán por desgracia es un tanto curioso y piensa: ¿qué sigue después del kilómetro 21?
A sabiendas que va a doler, a sabiendas de la existencia del "hombre del martillo", uno se arriesga.


Me acuerdo muy bien que en los preparativos del mediomaratón la pregunta: ¿en cuánto tiempo piensas llegar? no me la hacía una persona, sino varias. Entre ellos colegas con experiencia en carreras de larga distancia. Yo no podía entonces traducir mi rendimiento a números. Ahora ya algunos conceptos me quedan claros y voy cerrando huecos teóricos, pero antes era cómo preguntarme algo en chino.
Sé que voy a entrenar justo cuando llega el invierno, por eso sé que ponerme un tiempo es absurdo ahora. Sé además que al ser mi primera vez lo hace todo más absurdo; por eso, esta vez me dejo llevar por mi cabeza y acepto que no es realista ponerse un tiempo. Así que mi meta es acabarlo y punto... Mi cabeza dice: ya deja de pensarlo, otra cosa no es realista. Mi orgullo me dice: dale una revisada a tu meta en unas 12 semanas, ¿vale?


Algunas páginas de interés:
http://www.planet-marathon.de/
http://www.carreraspopulares.com/solomaraton/

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