Sólo basta con poner en algún buscador: "plan de entrenamiento para maratón", para darle a más de 800 000 páginas. También un sinfín de consejos para ofrecer el mejor plan de entrenamiento del mundo. :-) Hay planes de 10 semanas, de 12... Hay planes según el tiempo que se espera hacer en el maratón... Es incluso posible que haya más planes que maratones en el mundo. :-)
He buscado en algunos libros y en algunas páginas. He tomado un poco de aquí y un poco de allá basado en lo que estoy dispuesta a entrenar y en lo mínimo que se debe entrenar por día. Después de picar y picar en links, topé con uno bastante simpático y muy realista; era de un argentino que empezaba diciendo: el mejor plan de entrenamiento es el que se acomoda a ti: sí, así de fácil. No es necesario torturarse con un plan que más que placer nos agobia y le perdemos el gusto al deporte. :-)
O peor aún, es un plan excelente que seguramente arrojará al final resultados óptimos pero a nivel personal saqueará nuestra vida social, estudiantil o laboral porque nos mantiene esclavizados...
Eso es algo que no hay que perder de vista: correr para una persona con familia, hijos, esposo o esposa, significa dividir el tiempo aún más todavía. Claro que no es imposible organizarse; lo importante es encontrar el justo medio: entrenar un poquito por allí (en esas horas de ocio y dejar de ver esa serie que nos ata al televisor; o dejar de revisar compulsivamente el correo electrónico), pero también estar con la familia y no descuidarla. Posibilidades hay miles: entrenar con la pareja (y si se tiene diferentes velocidades es posible adecuar el plan de entrenamiento); hacer más cosas a pie, en bicicleta o patines; subir las escaleras y renunciar a los ascensores (ésta sí que funciona, eh). En la hora de la comida salir a correr un poco o al menos salir a caminar a paso rápido.
Sí, escribirlo es muy fácil. Hacerlo es otra cosa. Sobretodo cuando estamos algo alicaidos o estresados, pero precisamente por eso es necesario salir a correr: a mí me gusta que los nudos que tengo en la cabeza se deshagan naturalmente cuando salgo a correr. A veces simplemente tengo por ahí un enojo o una duda, algo que no me deja en paz; entonces salgo a correr y una de dos: o se me aclaran las cosas o las veo distintas porque me he tranquilizado y he visto todo desde una perspectiva diferente; o aún mejor, me he olvidado completamente del problema, con lo cual se evidencia la verdadera gravedad del problema: es menor de la que yo le había asignado.
Pero me he salido del tema. Chispas. Decía, para el plan de entrenamiento hay que ser muy honestos. No nos sirve de nada ponernos un plan ambicioso si después por su pesadez lo dejaremos cuatro semanas después. Es mejor subir paulatinamente la intensidad. También es importante buscar un plan de entrenamiento variado: es decir, que trabaje unidades de resistencia, velocidad, intervalos. Sobre todos estos términos es posible encontrar definiciones precisas en foros serios. Así que me salto esta parte. Valga decir que la función de este tipo de unidades (resistencia, intervalos, etc.) es enseñarle al cuerpo a soportar las agujetas, a darle fuerza, a darle resistencia y potencia a los músculos y a aumentar su capacidad para soportar más y más distancias; esto claro, sin colapsarlo. Es importante sentarse con un poco de paciencia y leer sobre estos conceptos y por qué son necesarios en el entrenamiento.
Para monitorear el rendimiento uno puede ayudarse de varias herramientas: reloj con cronómetro, pulsómetro, medidor de pasos (o podómetro), medidor de distancia. Hay relojes para corredores que ya tienen estas funciones; hay algunos bastante sencillos y otros muy precisos. Topé con esta página que se actualiza con regularidad, aquí se pueden ver modelos probados por el autor y criticados muy objetivamente: http://www.gadgetsparacorrer.com/category/relojes/gps/
Aunque tengamos mucha pereza, no hay que olvidarnos de llenar con regularidad un diario, sobre todo porque cuando vamos llenando poco a poco los días y las distancias por semana, esto no sólo nos motiva mucho y nos da la seguridad de que se puede alcanzar el objetivo de la semana siguiente. También nos deja ver deficiencias en el entrenamiento.
Bueno, esta entrada me salió muy técnica. Pero creo que hablar de planes de entrenamiento no es precisamente un tema al que se le pueda echar sal y pimienta.
Aquí unos links:
http://www.elatleta.com/planes_entrenamiento/maraton/p3_n1.htm
http://www.runners.es/entrenamiento
domingo, 30 de octubre de 2011
domingo, 23 de octubre de 2011
El proyecto
Mi meta es correr el maratón de Düsseldorf el 29 de abril del 2012. Este proyecto fue creciendo lentamente a finales del 2010. Llegó un momento en el que tuve que sincerarme un poco y preguntarme si realmente quería intentarlo o si más bien era un juego. Sí. Quiero intentarlo y sí quiero acabarlo obtenía siempre como respuesta. Y no era ya un "quiero" de dientes para afuera sino más bien era ya un deseo muy presente. En 2011 decidí probar el terreno y me apunté (y terroricé un poco a algunas amigas para que se apuntaran ellas también y no me dejaran solita) a algunas carreras de 5, 10 y 21 kilómetros. Estas carreras me ayudaron a concretizar ciertas cosas: es posible pero no es fácil.
Así que el siguiente paso para ponerle fecha al proyecto fue investigar dónde. Primero estuve buscando en un portal qué tipos de maratón había, cuándo, cuánto costaban y cuál era el tiempo máximo tolerado para acabar el maratón (porque claro, una ciudad no puede quedar cerrada sólo porque unos miles juegan a sentirse Gebrselassie). La pregunta del dónde quedó rápidamente contestada: en el país donde resido. En algún momento llegué a pensar que podría conciliar vacaciones en un país mediterráneo y a la vez intentar un maratón plano y fácil, pero poco después descarté esa idea. Aquí en Alemania sé cómo funcionan la cosas. Sé qué hay que hacer con el chip, con la documentación y algo muy importante: eso me da seguridad porque conozco el país y en mi caso la ciudad donde correré. En Düsseldorf estudié cuatro semestres y con la ciudad asocio un número grandísimo de gratos recuerdos. Por eso, para mí: anímicamente es la ciudad adecuada. Me motiva y me da añoranza pensar que en algunas semanas veré rostros conocidos, y que la historia entre esta ciudad y yo todavía no está terminada. Y en términos prácticos también: casi no hay elevaciones, uno puede llegar en 5 horas y media a más tardar y el maratón es justo en el periodo en el que lo quiero intentar: antes de que llegue el verano (que en Alemania, por otro lado, puede tardar una eternidad).
Ahora, no se trata nomás de escoger fecha y lugar. Falta lo más importante: el cómo. Cuando terminé mi primer mediomaratón (lo escribo como si ya estuviera echándole la mira al segundo, ¿verdad?), recuerdo perfectamente que detuve mi cronómetro y lo primero que pensé es: "la próxima vez tengo que hacer unos arreglos en mi entrenamiento". Y yo misma estaba sorprendida puesto que en el kilómetro 15 recuerdo cómo mis piernas sentían cuchillazos a diestra y siniestra. Recuerdo que apenas alcancé el kilómetro 16 me juré nunca más correr nada más allá de los 10 kilómetros. Entonces, ¿cómo puede ser posible que 5 kilómetros después de esa promesa se me hayan olvidado los dolores intensos de los muslos y el ardor de las plantas de los pies? (Temiendo llegar a un lugar común afirmo:) Creo que eso sólo lo pueden comprender los que llegan al kilómetro 21 donde toman forma y color los esfuerzos de varias semanas de trabajo: por muy mísero que haya sido nuestro tiempo, por muy accidentada que haya sido la carrera o caótico el tiempo; llegar a la meta lo vuelve a uno un faisán con plumas extendidas que se siente un tanto narcisista. Y ese faisán por desgracia es un tanto curioso y piensa: ¿qué sigue después del kilómetro 21?
A sabiendas que va a doler, a sabiendas de la existencia del "hombre del martillo", uno se arriesga.
Me acuerdo muy bien que en los preparativos del mediomaratón la pregunta: ¿en cuánto tiempo piensas llegar? no me la hacía una persona, sino varias. Entre ellos colegas con experiencia en carreras de larga distancia. Yo no podía entonces traducir mi rendimiento a números. Ahora ya algunos conceptos me quedan claros y voy cerrando huecos teóricos, pero antes era cómo preguntarme algo en chino.
Sé que voy a entrenar justo cuando llega el invierno, por eso sé que ponerme un tiempo es absurdo ahora. Sé además que al ser mi primera vez lo hace todo más absurdo; por eso, esta vez me dejo llevar por mi cabeza y acepto que no es realista ponerse un tiempo. Así que mi meta es acabarlo y punto... Mi cabeza dice: ya deja de pensarlo, otra cosa no es realista. Mi orgullo me dice: dale una revisada a tu meta en unas 12 semanas, ¿vale?
Algunas páginas de interés:
http://www.planet-marathon.de/
http://www.carreraspopulares.com/solomaraton/
Así que el siguiente paso para ponerle fecha al proyecto fue investigar dónde. Primero estuve buscando en un portal qué tipos de maratón había, cuándo, cuánto costaban y cuál era el tiempo máximo tolerado para acabar el maratón (porque claro, una ciudad no puede quedar cerrada sólo porque unos miles juegan a sentirse Gebrselassie). La pregunta del dónde quedó rápidamente contestada: en el país donde resido. En algún momento llegué a pensar que podría conciliar vacaciones en un país mediterráneo y a la vez intentar un maratón plano y fácil, pero poco después descarté esa idea. Aquí en Alemania sé cómo funcionan la cosas. Sé qué hay que hacer con el chip, con la documentación y algo muy importante: eso me da seguridad porque conozco el país y en mi caso la ciudad donde correré. En Düsseldorf estudié cuatro semestres y con la ciudad asocio un número grandísimo de gratos recuerdos. Por eso, para mí: anímicamente es la ciudad adecuada. Me motiva y me da añoranza pensar que en algunas semanas veré rostros conocidos, y que la historia entre esta ciudad y yo todavía no está terminada. Y en términos prácticos también: casi no hay elevaciones, uno puede llegar en 5 horas y media a más tardar y el maratón es justo en el periodo en el que lo quiero intentar: antes de que llegue el verano (que en Alemania, por otro lado, puede tardar una eternidad).
Ahora, no se trata nomás de escoger fecha y lugar. Falta lo más importante: el cómo. Cuando terminé mi primer mediomaratón (lo escribo como si ya estuviera echándole la mira al segundo, ¿verdad?), recuerdo perfectamente que detuve mi cronómetro y lo primero que pensé es: "la próxima vez tengo que hacer unos arreglos en mi entrenamiento". Y yo misma estaba sorprendida puesto que en el kilómetro 15 recuerdo cómo mis piernas sentían cuchillazos a diestra y siniestra. Recuerdo que apenas alcancé el kilómetro 16 me juré nunca más correr nada más allá de los 10 kilómetros. Entonces, ¿cómo puede ser posible que 5 kilómetros después de esa promesa se me hayan olvidado los dolores intensos de los muslos y el ardor de las plantas de los pies? (Temiendo llegar a un lugar común afirmo:) Creo que eso sólo lo pueden comprender los que llegan al kilómetro 21 donde toman forma y color los esfuerzos de varias semanas de trabajo: por muy mísero que haya sido nuestro tiempo, por muy accidentada que haya sido la carrera o caótico el tiempo; llegar a la meta lo vuelve a uno un faisán con plumas extendidas que se siente un tanto narcisista. Y ese faisán por desgracia es un tanto curioso y piensa: ¿qué sigue después del kilómetro 21?
A sabiendas que va a doler, a sabiendas de la existencia del "hombre del martillo", uno se arriesga.
Me acuerdo muy bien que en los preparativos del mediomaratón la pregunta: ¿en cuánto tiempo piensas llegar? no me la hacía una persona, sino varias. Entre ellos colegas con experiencia en carreras de larga distancia. Yo no podía entonces traducir mi rendimiento a números. Ahora ya algunos conceptos me quedan claros y voy cerrando huecos teóricos, pero antes era cómo preguntarme algo en chino.
Sé que voy a entrenar justo cuando llega el invierno, por eso sé que ponerme un tiempo es absurdo ahora. Sé además que al ser mi primera vez lo hace todo más absurdo; por eso, esta vez me dejo llevar por mi cabeza y acepto que no es realista ponerse un tiempo. Así que mi meta es acabarlo y punto... Mi cabeza dice: ya deja de pensarlo, otra cosa no es realista. Mi orgullo me dice: dale una revisada a tu meta en unas 12 semanas, ¿vale?
Algunas páginas de interés:
http://www.planet-marathon.de/
http://www.carreraspopulares.com/solomaraton/
sábado, 22 de octubre de 2011
De cómo comenzó todo
En realidad no hay -como para casi todo- un momento específico en el que decidí realizar este proyecto: correr un maratón. La idea del blog no obstante sí fue algo que surgió después de buscar y buscar información en lengua española. Me topé con un sinfín de páginas en inglés y alemán excelentes, pero no encontré más que un par en castellano donde "primerizos" me hicieran decir: ajá, de eso se trata el maratón.
Si bien, somos millones de hispanohablantes, no es fácil encontrar blogs, información, consejos y demás sobre muchos temas. La mayoría de artículos que encontré son más bien técnicos, no dudo de su calidad pero a mí además de planes de entrenamientos me hacían falta unos consejos no tan secos. Me faltaba una página un poco más personal donde yo pudiera seguir la experiencia de ese alguien.
Pretendo entonces escribir un poco. Esperemos que salga bien todo y que el 29.04 escriba aquí: llegué.
Formalmente empiezo a entrenar el primero de noviembre, pero de aquí a que le agarro la onda al blog, prefiero entrenar un poco también por aquí.
Si bien, somos millones de hispanohablantes, no es fácil encontrar blogs, información, consejos y demás sobre muchos temas. La mayoría de artículos que encontré son más bien técnicos, no dudo de su calidad pero a mí además de planes de entrenamientos me hacían falta unos consejos no tan secos. Me faltaba una página un poco más personal donde yo pudiera seguir la experiencia de ese alguien.
Pretendo entonces escribir un poco. Esperemos que salga bien todo y que el 29.04 escriba aquí: llegué.
Formalmente empiezo a entrenar el primero de noviembre, pero de aquí a que le agarro la onda al blog, prefiero entrenar un poco también por aquí.
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