Participé en la carrera de la empresa ODIN este 18 de noviembre en el Cerro de la Estrella. Familiares cinco kilómetros con una excelente altimetría: como me gustan los trayectos campo traviesa: duros y escarpados.
Cinco kilómetros catárticos que me permitieron extender lazos entre mi familia paterna. Porque todos perdimos lo mismo (ya sea un maestro, abuelo, padre, hijo, hermano, tío). Y el sentimiento de unión y dolor es el mismo. Y en su misma naturaleza nos une a salir a correr. Por él.
Por mi padre.
Quizás era su sueño que estuviéramos juntos. Este sábado nos unió. Sigue aquí.
Gracias.