Dado que la búsqueda por tratarme un malestar en la cadera y pelvis se prolongó, tuve que optar por la infiltración.
Mi diagnóstico pasó por bursitis, hernia, pinzamiento, coxitis, y paremos de contar.
Ahora, tres semanas después me siento bien. Sin dolor, sin inflamación. Dormir ininterrumpidamente es otra vez posible. Así que es hora de mover el esqueleto.
Empecemos sin perder la cabeza. Una sesión liviana de bicicleta fija. Allí voy. Estoy de vuelta.